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sábado, 17 de marzo de 2012

Bar Caramagnola, un sitio para ir a dar más de una vuelta


Este afortunado sobreviviente del otrora esplendoroso barrio cervecero de Bilbao (casi extinto por menopáusicas cláusulas legales a favor de vecinos irritables) nos da la bienvenida con una acogedora entrada, que a todas luces está pensada por y para ciclistas (ahí entiendes que el Caramagnola es el recipiente para el agua que llevan las bicis). Puedes llegar en tu "chancha" y dejarla estacionada en un lugar habilitado para ello.
La decoración es excéntrica, minimalistay particular, enfocada en el ciclismo: marcos, platos, pedales, todas partes de bicicletas, obvio, adornan sin sobrecargar el ambiente. Es importante destacar que no te discriminan por tener auto o por llegar en longboard o micro, todos son bienvenidos. La terraza que tiene es acogedora y si tienes suerte puedes tomar asiento en un sillón pequeño y cómodo que esta en un rincón. Puedes estar seguro que la atención será personalizada y cordial, pues su dueño anda dando vueltas, cerciorándose de que todo esté en orden y que estés a gusto.
Foto tomada del Facebook del Bar
La carta de cervezas es generosa, destaca la Rothhammer (microcervecería que se perfila como una gran promesa) y Kross, ambas en botella y schop, entre otras nacionales e industriales.
En aquella ocasión nos atendió una mesera muy parecida a Maggie Gyllenhaal (actriz protagonista de La Secretaria). Pedimos una promo de Schop y pizza a la piedra hecha en el momento. Los precios son económicos, muy convenientes y la pizza muy buena.
Voy tomando las variedades de Kross, con la certeza que ésta cerveza no falla en su calidad, independiente del formato en que te la tomes. Se nos pasa la noche en el comodísimo sillón, atendidos como reyes en el sector de afuera. Adentro hay un plasma gigante en el muro, ideal para ir con los amigos a ver un partido de fútbol (para eso, ideal llegar temprano). La música y el ambiente son sumamente gratos, hay un aire de relajo, te cuestionas el usar auto, pero también te cuestionas cómo te vas montando la bici en estado de intemperancia.
Es importante destacar que los ciclistas tienen descuento, adicional al precio mas que razonable de su carta y comida. Lo único malo (era demasiado bueno para ser cierto) es que cuenta con un solo baño, de un urinario, y las filas para ocuparlo no tardan en formarse. Obviando ese detalle, es un excelente refugio para salir de la rutina después de la pega, para ir con tu pareja, o con los amigos cuando juega el equipo de tus amores. Qué gran diferencia hace el calor humano en una sociedad fría y egoísta. Esperemos que las órdenes municipales se mantengan lejos de esta picá santiaguina.


Bilbao 4471 (entre Americo Vespucio y Tobalaba)