jueves, 15 de marzo de 2012

Relocos, otra mirada


el gallo que nos recibe en la noche cuando de tomar Kross se trata


Ubicado en Bilbao, en la zona cervecera de calle Las Carretas, este bar se destaca por la calidez en la atención y una buena alternativa si de cerveza artesanal se trata. Es un largo pasadizo que se puede considerar dividido en dos, en la parte que da hacia la vereda tenemos una serie de mesas que constituyen la terraza y, en el interior, una larga barra y algunas mesas más. Es atendido por sus dueños, los hermanos Carlos y Alejandro, quiénes se turnan para recibir a los bebedores de los buenos schop que ofrece (o Pitcher de acuerdo al gusto de cada cual) y que tienen en Kross a su marca estrella, sin contar que también es posible encontrar otras variedades, como la que últimamente ha sorprendido: cerveza Guayacán.
Llegar al Relocos, al menos cuando ya se ha ido en más de una ocasión, es un agrado. Se siente el buen ánimo y la recepción es grata. Si a uno lo conocen, no es necesario pedir o esperar a que le entreguen la carta, si no que simplemente responder con un sí a ¿lo de siempre? En un vaso debidamente refrigerado, llega minutos después el brebaje elegido y junto a un cigarrillo se puede dar inicio a la jornada nocturna. Uno puede llegar y ver un partido de fútbol, escuchar la radio de fondo (nada de rock duro, por si acaso, sino más bien clásicos de antaño) o simplemente mantener una buena conversación con algún cliente, uno de los dueños que atienda en ese momento o, si se da la ocasión, con la chica que esa noche esté de mesera.
Foto bajada de Internet
En este punto es donde resalta una de las fortalezas de este sitio (más allá de que ofrezca cerveza de muy buena calidad) y que consiste en lo agradable y bien que se siente uno estando ahí.  Si se da el tiempo y la ocasión lo permite, es posible conversar largo rato con uno de los dueños y los temas pueden ser variados, desde política hasta fútbol, pasando por un poco de religión, sociedad o sobre alguna conjugación o significado de palabras usadas a diario. También, y ya avanzada la noche, uno puede comentar algo que vio en la tele (noticias o fútbol, depende) o el tema que esté en boga durante el día (la pauta noticiosa que le dicen) con algún cliente y así conocer otro punto de vista, discrepar, enfadarse, pero siempre sabiendo que se está en un lugar público y diverso. Y si le llama la atención la mesera, es posible que ella sea muy simpática y que esté dispuesta a sonreír mientras se le hacen preguntas o se habla con ella de cualquier cosa, porque sucede que siempre tiene tema de conversación, pero que eso suceda depende de cada uno también
Hay momentos en la noche en que el local se llena bastante y eso depende, además, del día que se vaya. Sin embargo, con un poco de paciencia y buena disposición, siempre es posible encontrar un lugar para sentarse y dar así inicio a un paseo por uno de los sitios  debaresybirras.